viernes, 28 de junio de 2013

Y DE NUEVO, UNA VEZ MÁS

Se despertó, como últimamente hacía, con su imagen grabada en sus pupilas. No sabía por qué pero no conseguía borrarla de ahí, sobre todo teniendo en cuenta que de vez en cuando el destino se encargaba de cruzar sus vidas; tan solo un instante, unos segundos nada más, pero lo suficiente como para que ese momento quedase inmortalizado con fuego cual marca indeleble. Esta vez el sol hizo que pudiese verlo perfectamente dentro de su coche, mirando al teléfono, sin darse cuenta de que ella en ese preciso instante pasaba a su lado. Momentos efímeros que, sin embargo, dejan una huella en el corazón produciendo un respingo y, acto seguido, una gran sensación de vacío.

En aquel instante comenzaron de nuevo las preguntas. Ese interrogatorio que surgía de vez en cuando para torturarla una vez más. ¿Por qué? ¿Por qué una persona puede cambiar tanto de un momento a otro? ¿Acaso no es consciente del daño que puede generar en el otro? ¿Acaso no se da cuenta de que puede provocar una hecatombe en alguien cuyos movimientos tienen una lógica consecuente? ¿Cómo puede pretender que la otra persona comprenda sus tiempos, si él mismo no los entiende?

Recordó entonces por qué se había alejado de él y una punzada de dolor le atravesó el corazón. No es posible, se dijo, no hay solución y más cuando él no lo desea. Intentó llevar sus pensamientos hacia otro lugar. Quizás así encontraría la tranquilidad, ésa que con él no pudo encontrar...

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