viernes, 28 de junio de 2013

Cuando el corazón olvida

Así es como se siente un corazón cuando está olvidando. Hay veces que va hacia adelante y otras hacia atrás. Hay momentos en los que realmente comienza a darte igual la otra persona, lo que hace o deja de hacer, lo que siente o deja de sentir, si está riendo o llorando, si está con otra persona o no…; y, sin embargo, hay otros momentos en los que esa sensación de vacío vuelve a atacar de lleno y en todo el centro de la diana. Pero curiosamente, cuando antes te sentías incapaz de coger esa flecha clavada y arrancártela con decisión de las mismas entrañas y te hundías con la misma intensidad en tu dolor, ahora poco a poco la coges, tímidamente quizás, y cada vez sientes que tienes más fuerzas para poder tirar de ella.

Cierto es que queda un buen agujero que hay que cuidar y curar, pero al menos has podido liberarte. También es cierto que ya nunca serás igual, pero cuando consigues recuperarte te vuelves más fuerte. Puede que decidas no volver a amar, pero no por ello dejes que esa falta de sentimientos te convierta en un ser irascible ya que hay muchos tipos de amor. Puede que la tristeza del recuerdo te acompañe de vez en cuando, pero tendrás la voluntad suficiente como para dirigir tus pensamientos hacia otro lugar.

No puedes culpar a la otra persona porque no te ame o no te haya amado jamás, eres tú el único culpable de haberte sentido así. Si fuiste incapaz de darte cuenta, cegado por lo que sentías, fue tan sólo culpa tuya…, craso error. Por eso muchas veces el golpe al caer es más fuerte. Mientras algunas caídas las puedes mitigar con tus manos otras, por el contrario, golpeas irremediablemente contra el fondo. En esos casos es cuando más fortaleza desarrollas al levantarte porque has tenido que esforzarte más para ello. Sal adelante con gran impulso y no permitas que los tropiezos posteriores, te vuelvan a llevar al mismo sitio en donde estabas. Avanza, aunque sea poco a poco, aunque a veces retrocedas, pero sigue avanzando y recuerda que no has de permitir, nunca más, que el amor te ciegue de tal manera que no te permita ver la realidad. No es más fuerte el que nunca cae sino el que, aun a pesar de caer, se levanta de nuevo.

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