confianza en la vida. Pienso constantemente en su menú. Frecuente, me elogia diciéndome que estoy bella (aunque no lo creo). Yo lo necesito y él a mí. Nuestra vida no ha sido fácil, la comunicación, la
diferencia de género. Pero me fascina que
come, abundantemente y permanece en la línea. Pienso su atuendo muy de mañana. Y creo que no hubiera encontrado otro como él. Diciéndome con esa carita frágil ¡no comiste mamá! es el galán de mi vida. No hay otro igual. Por él voy a las montañas heladas y me sumerjo en el desierto. Defiendo sus derechos miles de veces. Y pido al cielo, mucha más fuerza. Para verlo un hombre cabal, con una alta autoestima y con muchos objetivos que lograr. Sólo pido a Dios que me recuerde como la mujer que siempre lo he amado
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