Si algún día ves un corazón marchito tirado en la calle, no lo cojas, es mío. Lo deje alli porque ya no me sirve. Quedó tan roto tras tu paso que ya no lo pude recuperar. Ahora viajo ligera de equipaje, ya no lo necesito. Voy y vengo sin pedirle explicaciones, ya no me habla ni me dice lo que he de hacer. Al fin y al cabo solo me hacía sufrir y temer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario